domingo, 5 de octubre de 2014

Banquete, de Jorge Guillén



Reclinada ya Dido sobre un lecho dorado,
los troyanos y Eneas se acomodan
en magnífica púrpura. A las manos los fámulos
dan agua, dan toallas. De los cestos
los panes sacarán. Hay cincuenta doncellas
preparando alimentos, y son muchos.
A los Penates honran: se queman las primicias.
Cien mozas y cien mozos aseguran
el continuo servicio. ¡Cuántos platos y vasos!
Muchos ojos admiran los muy bellos
obsequios -manto y velo- de Eneas para Dido.
Dido, que por Amor ya tan cautiva,
se siente dentro de un embeleso enhechizada.
Terminó la comida. Los criados
sobre la mesa ponen, colmadas, grandes copas
de vino. Alegría con estrépito
suena por las estancias tan amplias del palacio,
y las antorchas vencen a la noche.
La reina solicita la copa de oro y gemas.
"Jove -dice sobre el silencio-, tú
a la hospitalidad siempre tan favorable..."
Dido vierte en la mesa algunas gotas
de vino honrando a Jove, moja los labios, pasa
la copa a todos. "Cuéntanos, Eneas..."

Jorge Guillén
Del libro Homenaje (Milán, 1967)
Recreación de los vv. 698-756 del primer libro de la Eneida